domingo, 18 de noviembre de 2012

Ven a pudrirte a Madrid conmigo




- Ya no sé que esperar.
- No esperes nada...
- ¿Cómo?
- A veces es mejor no esperar nada de nadie, porque si esperas las decepciones serán más grandes y las alegrías más pequeñas. Simplemente, deja que te sorprendan...


_______________________
Contrastes. Siempre me gustó caer solo para, posteriormente, sentir el ascenso. 
La música en mis cascos hacía latir mis tímpanos al compás de la situación, con Vetusta invitándome a respirar de la húmeda paz que abastecía mis pulmones, y así hice, dejado que lo que fluyese por mis vasos sanguíneos hablase por mi; soledad, equilibro y pocas cuerdas que me atasen al mismo pensamiento que me hacía, noche tras noche, pulular cual nubarrón hasta calar la almohada y quedarme dormido sobre mi propia pena.

Esa era mi historia; la misma que ahora me ahogo recordando entre grados líquidos e infinitos de agua. La misma, que se convierte en mi talón de Aquiles cada vez que sumerjo la cabeza entre recuerdos y arrepentimientos. La misma que viene, va, y se queda a cien metros de mi olvido; esperando el momento oportuno para volver a sacar sus garras y clavármelas.
 Utópico. Ya, claro. Tan maravilloso y mágico todo como, alguna de las preguntas que no valdrá responder con un 'te quiero', alguna de las preguntas de ese examen que no aprobaré.
Y tanto. Tan incoherente como atado a la lógica, tan.. Tú, que hasta a veces me asusta pensar que este vértigo que siento no es más que una de esas tantas ocasiones en las que me sacas de tu cabeza y me dejas caer, 
deslizándome por ese rascamiscielos 





No hay comentarios:

Publicar un comentario