domingo, 27 de enero de 2013

Tápate los oídos para escucharme con el corazón; quizá así sí nos entendamos...

Sencillo, . Pero sé que, aunque te dedicaras a negarlo, la sencillez de lo nuestro era lo que más te gustaba; yo te necesitaba y tu me necesitabas a mi. Y más allá de querer o no querer había un algo que ninguno de los dos supo explicar jamás; las ganas de ver algo invisible, el afán por conocer algo que quizá ni exista... 

Nosotros eramos esos que no necesitabamos hablar en los trayectos largos, pues con abrir la ventanilla y hacer sonar ese CD teníamos la comunicación trazada; los'te quiero' eran cifrados por tu mano derecha sobre mi rodilla y esa sonrisa mía, enredada entre tu pelo por el el viento..

Fácil. Como la vida misma. O era fácil porque era vida.. No sé. Pero de cualquier manera, ese momento era lo que, al menos a mi, me hacía sentir tan vivo que casi y por un momento, llegué a pensar que respirar era perder el tiempo estando a tu lado.

...

La canción que sonaba era el Track 14Desconocido, decía que al menos ahora eramos capaces de hablar sin tener que evitar miradas que dijesen más de lo necesario. Decía, que querer matarnos era inútil si no era a besos; no nos servía sufrir, y menos echarnos en cara las palabras que, ninguno de los dos...jamás pudo decir.

Recordaba que quizás yo ya no me fie de tus manos sobre mis rodillas, y que tal vez mis sonrisas te parezcan nada; viento.

Quizá, por mi parte, ahora solo busque dónde estás, y quién soy yo.

Quizá tú, por tu parte, solo busques aclarar todas esas preguntas que nunca te hice, con respuestas que jamás te molestaste en darme.

Quizá.. Nada. 

Decía que, a pesar de esos mil 'Quizás' y sus dos mil 'Tal vez..', siempre puede haber un momento ideal, único,.. En el cual volvamos a no necesitar las palabras, y que será entonces cuándo y dónde tu vuelvas a estar lo suficientemente cerca de mi como para oír que, tu nombre, es lo único que saben susurrar mis ganas..



Dicen que muchas canciones están escritas para vender sentimientos. Y que el amor comercial da asco.

Yo digo que esa prostitución sentimental nos da esa vida que, muchas veces, nos falta. Porque no me niega nadie el hecho de que mendigar amor duele más que pagarlo, y que además las secuelas terminan costando más que financiar nuestras culpa, y sumergir nuestra mente en esa canción que no habla ni de ti ni de ella; simplemente dice en formato mp3, esperando que algún ingénuo convierta esas putas palabras en situaciones que, vivir, sería la mejor inversión.



En ruinas.




sábado, 19 de enero de 2013

La suerte, esa puta que se va con quién la busca...



Te fuiste. Me fui. Au revoir.

Y eso no me iba a afectar, o al menos no iba a dejar que lo hiciese sin oponerme. 

De esta manera, también me alié con las frías duchas mañaneras y los calientes baños nocturnos a la luz de las velas; el agua con sales..., y las duchas frías fingían ser los escalofríos que le debía tu aliento a mi espalda.

Sobrevivía, como ves. Con Vetusta hablándome de lo traicionera que puede llegar a ser la marea, y Pereza enseñandome que: 'me quieres, a veces...'

Me sumí desde el día 1 en la dieta egoísta de no pensar en la felicidad que un día llegué a saborear más que al café, ese que ahora solo está al fondo del cajón esperando que algún día y una vez más, exprima de esa cápsula una sonrisa que no podrá no acabar con el labio inferior entre mis dientes..

En fin. También he de confesar que, como en toda buena dieta; los fines de semana eran para pecar. Cierto. Y aquí tenéis a ese que se tiraba en el sofá los Sábados noche, simulando un vuelo en business class con el móvil en modo avión. Ese, que calentaba sus solitarias y finas manos con una enorme taza de café con leche, contrastando el calor artificial de su corazón con la fría brisa invernal que entraba por el balcón entreabierto; haciendo ondular las cortinas casi a propósito para que esa suerte gris de ojos juguetones distrajese a su dueño de pensar en lo mucho que deseaba cambiar su estúpida sonrisa, por una que cause la sensación de felicidad. Nos prometimos tanto. Hasta París...


Dicen que París es la ciudad del amor, y no sé si lo dirán por aquellos susurros de acordeón que enamoran, o quizás por las luces que parpadean incesantemente en lo alto de esa famosa torre.
No sé si hablarán de sus parques, o simplemente tienen en cuenta ese asento tan... Je ne sais pas. Pero lo que sí que tengo más que claro es que cenicientas como ella no van a París buscando perder su tacón en cualquier escalera. 

Lo único que me queda claro,es, que su único vicio era el café solo, pero ella lo prefería conmigo. 







sábado, 5 de enero de 2013

Mi cometido. A este cúmulo de errores, le llamo 'yo'



Alma, corazón y cerebro se pusieron de acuerdo para dar un giro de 360º. Vendí mi filosofía barata al mejor postor y creé otra de nueva. Aún así soy el mismo chico maduro que tiene ataques de niñato insoportable. Soy ese chico a la que le gusta creer en una divinidad porque en algo hay que creer y tener fe. Adicto al amor platónico y coleccionista de sonrisas. Ese que sale por las noches a ver las estrellas y lo consulta todo con la almohada. Adicto a Internet, a las buenas historias y a el café con leche. Soñador e ilusionista. Adiós al prohibirse mirar al pasado y echar de menos algo que no volverá, si quiero echarlo de menos, lo haré (aprender a convivir con el pasado es la primera lección.) Raro, algo egocéntrico y muy rencoroso. Cambié las palabras por los hechos.

Aún no acepte tu perdida, pero dame tiempo. No quiero a la gente falsa que me rodea y a mis medias sonrisas, si no tengo ganas de sonreír no lo hago y punto. No voy a ser quien quieres ver y tener de amigo o compañero, seré quien quiera ser yo. Paranoico y de esos que dicen que has de soportar la lluvia para ver el arco iris. Acepté que me gusta la soledad de vez en cuando y que las cosas si se tienen que ir se tienen que dejar ir. 

Tengo decidido que se terminó sobrevivir, toca empezar a vivir.