No se apaga la luz
pero en el suelo hay sangre
no soporto una cruz
y no diré que sé
lo que es el hambre
escribo de rodillas sobre el suelo
retando a las manecillas
del reloj de oro
no sé que hay ahí fuera
no sé qué hay aquí dentro
guardo certidumbres efímeras
y costumbres ya extintas;
guardo carboncillos y guardo tintas
y tú qué sabes de mi vida
si la tuya no es como la pintas
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